Los perdí, los leí. O la verdad es que nunca los tuve. Sí, eso.

Esa sensación de tener un libro que te llene de amor y alegría hasta los poros, tanto que se convierta en uno de tus favoritos. Y le tengas tanto cariño a cada una de las letras contenidas en sus páginas con aroma a manos sedientas por saber más.
Y hago mención de esto, porque tengo una mini - sección de libros que muero (literal, muero) por tener en mis manos para poderlos leer cada vez que quiera.

Unos sólo están en bibliotecas (muy selectas) otros, ni siquiera eso.
¿será que yo no he buscado bien?
¿o se esconden de mi?
Librerías de "segunda mano"
(Las que más me gustan)
Y aquellas en las que casi te prometen encontrar el libro que te urge tener a tu disposición por una cantidad (un tanto elevada) de dinero.

Y es que, ya he buscado. Bastante.
Y nada.

Aquí, la pequeña (pero muy exquisita) lista de libros:

"Entre Marx y Una Mujer Desnuda"
- De mi querido Jorge Enrique Adoum.

"De un caminante enfermo que se enamoró donde fue hospedado"
- de José Miguel Villan.
(Un pequeño libro de portada negra, que sólo pude tener una vez en mis manos.)

"El Pozo de los Ratones"
- No recuerdo el autor.
(Primera lectura de niña, cuyo libro me regalo quién me dió la vida, presté y para mi tristeza nunca me regresaron. Me gustaba, en demasía, fue mi pequeño escalón antes de subir hasta una gran lectura de Dostoyevski.)

Si alguien los llega a ver, digales que los espero desde hace tiempo. Como las flores a la primavera.