Nazarelly

He sentido que vivía en un ciclo interminable.  (M. Del latín  cyclus , un  ciclo  es cierto  periodo temporal  que, una vez finalizado, vuelve a empezar. También se trata de la  secuencia de estapas  que atraviesa un suceso de características periódicas y del grupo de fenómenos que se  reiteran  en un cierto orden.) Una y otra vez lo mismo, pero, todo cambió, cuando entre a las líneas de las palmas de tus manos. Una canción , Monet y Voltaire. El viento, el Pantone de tu piel, hojas secas.  No sé exactamente hacía quién escribo, del porqué escribo (supongo que porque es algo similar a respirar para mi) , pero definitivamente, serías la mejor página en blanco (que borré de pasado - a priori) en que podría plasmar la tinta de mi pasión. -y en mis sueños te encontré -todavía te alcanzo a ver  -tú siempre estás más.  -nos llevamos bien -dreamer -el tiempo en tus brazos no es tiempo real -quédate aquí para siempre -lléname de amor -esencia 

No entiendo porqué hago estas cosas. Y la maldita canción regresa. [...] Luego, camino a la escuela no sé qué me pasó. Me puse a llorar ahí, en plena calle. Todo lo que hago me sale mal. Creo que voy a explotar.  Entonces, escuché que alguien se acercaba, voltee hacía arriba... ... y como en los cuentos que los dos inventábamos, apareció un chico y cambió todo. 

Era un día por la mañana. Tenía 6 años y mi hermano menor 3. Ese día salimos a jugar al patio de la antigua casa en la que vivíamos. Tardamos horas bajo el iluminoso sol, y el pasto jugando con una pelota y agua- Mi mamá nos llama a almorzar, y subo las escaleras para lavarme las manos. Cuando entro y uso el lavabo, me veo al espejo y percibo algo en mi rostro nuevo y que no fue nada agradable: dos manchas de sangre justo debajo de mis ojos. Me quise quitar la sangre con el agua que salía chorros, pero sólo logré ensusiarme más, no sabía que era, sí me había lastimado o golpeado; pero en el juego con mi hermano no pasó nada extraño. mi mamá y mi papá se preocuparon demasiado. Me llevaron al médico, y les dijo que tenía una alergia, que me mantuvieran alejada de animalitos y el polvo. Todo empeoró cuando vieron que a mi hermano le pasaba lo mismo, en la piel de su carita, y en sus coyunturas en los brazos. Nos llevaron con demasiados médicos, hasta que nos dijeron algo que nos desconce