Tengo miedo, no sé vivir sin ti...
Hace muchos años, más de los que yo quisiera, tuve una experiencia algo surrealista.
Mi vida, hasta entonces normal, marchaba de una forma muy natural.
Todo empezó con una mentira para congeniar.
De ahí pasó a ser horas virtuales para conocer un mundo que me llamaba la atención.
Felicidad, fue cómo por primera vez tener un rincón dentro de ti que no te juzga.
Fue tan laargo, pero así mismo efímero, lleno de amor cálido, de miedos, de mentiras que parecían inofensivas pero el paso del tiempo las hacía insoportables.
MADURÉ.
Aunque lamentablemente esa caída la tome cómo un sofá para recostarme cómodamente en mis miedos, en lugar de haberla hecho un trampolín para superar aquella figura inocente bañada de amarillo.
Ya siete veces ha dado vueltas este circulo pretendiendo cerrar el ciclo, pero siempre se vuelve a abrir. Cómo dos extraños que tienen esa necesidad de saber tanto uno, cómo del otro. Sabor, textura y aroma. Forma cruel (adorable) que nunca te conocí.
Esto lo menciono, porque a veces es bueno desaparecer de todo y todos, hasta de uno mismo y empezar de cero, en blanco, y sin rencor.
Una vez me dijeron que estaban muy al pendiente de mi. Hasta mencionaron con puntualidad todas aquellas veces que mencionaba en cualquier parte que nadie me leía. (Minutos después, lo negaron, cómo si hubieran perdido la razón.) Yo sé que es cierto, que estás leyendo esto, que te preguntas por mi, que cuando tenía trece pensabas en mi o tal vez no, pero estaba ahí. Que pase lo que pase, hay una razón química que nos hará...
... verdad.
"Me tiembla todo el cuerpo, de pensar en ti"
Y esta canción, bien podría definir bien esta parte de mi vida,
y de la que fue.
Comentarios
Publicar un comentario